Divorcio tras el verano: ¿Realidad o mito?
¿EL MITO DEL DIVORCIO TRAS EL VERANO?
En época estival no faltan artículos que ponen de relieve la factura que pasa el verano para la pareja. Ofrecen consejos sobre cómo evitar que una crisis durante las vacaciones no termine por arruinar éstas y su relación acabando en divorcio. No les exagero si les digo que por lo menos en el mes de agosto me he encontrado con al menos seis publicaciones en prensa sobre ello.
Es habitual recurrir al hecho del mayor tiempo de convivencia. El tiempo libre rompe con las rutinas que nos ayudaban a vivir en piloto automático y nos exigen más comunicación y presencia, lo que puede suponer tensiones o que afloren los problemas subyacentes.
También es cierto que durante el verano tenemos más tiempo y la mente en mejores condiciones para pensar con mayor tranquilidad. Septiembre, al igual que los principios de cada año, es un momento en el que hacemos balance y nos planteamos tomar decisiones.
¿Creen que la mayor convivencia y tiempo libre incrementan los divorcios tras el verano?
Un reciente estudio realizado en Estados Unidos por la Asociación Americana de Sociólogos, afirma que efectivamente el número de divorcios se incrementa de manera constante tras las vacaciones en el mes de agosto, como publica Health Day.
En el caso de España, los datos estadísticos del Consejo General del Poder Judicial son trimestrales. En realidad no suponen una referencia, puesto que el periodo tras el verano queda repartido entre el tercer y el cuarto trimestre.
Además, habría que tener en cuenta que agosto es un mes inhábil a efectos judiciales. Muchos asuntos que comenzaron en julio, con el paréntesis de agosto, se reanudan en septiembre. A todas las demandas que se inician en el mes en curso, añadimos las correspondientes a los meses de asueto. Este puede ser uno de los motivos del incremento en estas fechas.
El incremento de demandas en la segunda mitad del año puede deberse al paréntesis del verano
En cualquier caso, una relación de pareja acaba como consecuencia de un desgaste, una falta de entendimiento, comunicación o simplemente porque el amor no siempre es eterno, y no necesariamente en verano. Eso sí, los psicólogos de Alcea Psicología nos indican que una mayor convivencia durante el verano, puede contribuir y acabar siendo la gota que colma el vaso. No por nada las consultas por terapia de pareja se disparan en Septiembre.
Sea como fuere, como abogado sólo puedo aconsejarles que una vez existe una crisis con visos de acabar en divorcio, busquen asesoramiento preventivo aunque no tengan tomada la decisión.
No es la primera pareja y tampoco será la última que se reconcilia en el despacho. También hay personas que deciden optar por la separación, en vez de por el divorcio. El tiempo y la distancia les llevan a una segunda oportunidad.
Contar con consejo externo aporta serenidad y evita un conflicto sin solución. Ayuda a ver la situación con perspectiva y de una manera mucho más objetiva.
Es clave contar con un asesoramiento legal preventivo ante los primeros síntomas de crisis
Esto es más importante de lo que pueda parecerles. Y si finalmente desembocara en ruptura, les aseguro que parte del camino ya lo habrán recorrido
Si son de los que tienen la decisión tomada, eviten enzarzarse en disputas legales por su cuenta. Busquen juntos o por separado a un profesional con el que se sientan cómodos y perciban empatía.
Con seguridad les orientará y hará que el camino a recorrer sea mucho más sencillo. Si además tienen hijos, es obligado que encaren la situación en su beneficio, evitándoles costes emocionales.
El divorcio es un momento complicado, pero no es el fin. Es perfectamente posible superar una ruptura de pareja. Supone un cambio vital que, bien gestionado, abre las puertas de una nueva etapa de la vida. Conviene regular la nueva situación familiar de la mejor manera y para eso podemos contar con la ayuda tanto de abogados como de psicólogos. Resolver un divorcio de forma consensuada entre las partes es lo más recomendable, sobre todo si existen hijos de por medio.