La casa nido en la custodia compartida: ¿Por qué no es aconsejable?
LA CASA NIDO EN LA CUSTODIA COMPARTIDA:
¿POR QUÉ NO ES ACONSEJABLE?
La custodia compartida desarrollada bajo la modalidad conocida como casa nido es una opción posible pero no obligada como mucha gente piensa. Personalmente, no considero que sea la solución más idónea con carácter general, como intentaré explicarte en las próximas líneas. Realmente, en la actualidad no es la fórmula más común, dentro de que es posible.
Sin embargo, es una consulta muy habitual entre los progenitores que están tanteando la custodia compartida, lo que justifica que me haya puesto a escribirte este post sobre el tema.
¿Qué implica la custodia compartida con casa nido?
Supone desarrollar la custodia compartida en la misma casa en periodos alternos. Los progenitores se turnan en el uso de la que ha sido la vivienda familiar hasta la ruptura. Los hijos permanecen en ella y son los padres los que entran y salen en los periodos de uso que se fijen. Cada semana, cada quincena o cada mes, en función del reparto del tiempo que se haya establecido para el ejercicio de la custodia compartida.
Entre los mitos que circulan sobre la custodia compartida el relativo a la casa nido es uno de ellos. Muchos progenitores vienen con la creencia errónea de que la custodia compartida realmente pasa necesariamente por este sistema cuando no es así aunque es una opción.
Por otra parte, la práctica y la experiencia han demostrado que la custodia compartida bajo el mismo techo no es muy aconsejable. Además genera muchos conflictos entre los progenitores, amén de que no siempre es viable económicamente.
¿Por qué no aconsejo la casa nido?
La opinión mayoritaria sobre la casa nido es reticente a su aplicación por diversos motivos. Básicamente las razones son:
Los conflictos de la casa nido
Aunque la relación entre los progenitores sea razonablemente buena tras la ruptura, compartir la vivienda de este modo puede ocasionar problemas. Por ejemplo, en relación con los consumos. Si la casa está más o menos limpia, más o menos ordenada. Si falta esto o aquello y no lo has repuesto… en fin… al final cada uno hace las cosas a su manera y puede ser complicado mantener este tipo de “convivencia” a largo plazo. Pensemos también en la pérdida relativa de intimidad o en las nuevas parejas.
Y, consecuencia de todo ello, lo más importante: que las tensiones que se produzcan acaben repercutiendo en el bienestar de los menores, llevando al traste la custodia compartida.
Lo caro que sale la casa nido
Si ambos progenitores se van a alternar en el uso de la vivienda familiar, significa que, a su vez, cada uno tiene que disponer de otra para vivir los tiempos que no le corresponda estar con los menores en la casa familiar.
A esto se añade que, en la gran mayoría de los casos, sobre la casa familiar pesa una hipoteca. Ambos tienen que continuar pagando el 50%. Además, todos los demás gastos como IBI, seguro del hogar, suministros, comunidad etc. Si hacemos cuentas, resulta que hay que mantener 3 viviendas. La familiar y la que cada uno se provea para sí.
Es cierto que los menores no se desplazan y continúan en el que hasta el momento ha sido su entorno, pero, si lo ponemos en una balanza, creo que es un sistema que hay que evitar cuando existen otras posibilidades, ya que tiene más inconvenientes que ventajas.
Al fin y al cabo, la ruptura para los hijos implica desplazamientos bajo cualquier régimen de custodia. Es algo inherente que no podemos evitar. En el caso particular de la custodia compartida, este cambio de domicilio también se ve compensado con otros beneficios como es una relación con ambos progenitores lo más parecida posible a la situación previa a la separación de sus padres.
Evidentemente, si ambas partes así lo quieren y son conscientes de lo que supone, es una opción perfectamente válida que podrán adoptar en su convenio regulador de mutuo acuerdo.
¿Qué alternativas existen a la casa nido?
Como alternativas a desarrollar una custodia compartida en el mismo domicilio, existen otras modalidades posibles. Por ejemplo:
- Liquidar la vivienda común y que cada parte disponga de su propia vivienda. Es la más usual cuando ambas partes tienen recursos para ello.
- Establecer un uso exclusivo a favor de una de las partes si tiene una situación que requiera de especial protección (por ejemplo imposibilidad actual de disponer de vivienda). Normalmente de manera limitada en el tiempo en función de las circunstancias.
Al final tienes que tener en cuenta que lo que se persigue adjudicando el uso de domicilio familiar cuando existen hijos menores es que tengan cubierta su necesidad de vivienda. La modalidad que se establezca ha de permitir el ejercicio de la custodia compartida por parte de ambos progenitores.
Si te interesa este tema, puedes ampliar esta información en este artículo. Hablo con más detalle sobre los criterios de atribución del uso en custodia compartida.
Espero que te haya resultado de utilidad y hayas aclarado tus dudas. Si estás pensando en solicitar la custodia compartida , te invito a conocer qué se tiene en cuenta para obtenerla, el reparto de gastos y/o pensión alimenticia en su caso y los pasos a seguir en función de si se trata de un proceso de mutuo acuerdo o contencioso en vía judicial.
Ainhoa Álvarez Nogueras | ABOGADO
Solicitar Consulta
nogueras abogados, despacho en Madrid especializado en derecho de familia.